Wally empezó con vómito y diarrea al 1er año de edad, se hicieron estudios y a todo daba negativo, lo único que lo controlaba era prednisona.
Fue un tratamiento largo de esteroides, comía alimento hidrolizado, pero si no se le sumistraba medicamento, no comía.
Probaban uno, luego otro, luego otro… nada funcionaba.
Después de un año de tratamientos con gastroenterólogo, su tutora conoció DeliCan y decidió aprender a cocinarle con intención.
Ese fue el verdadero punto de quiebre.
Hoy, Wally come con apetito, con tranquilidad, y sin medicamentos.
Y por primera vez en su vida…
sus estudios salieron perfectos.
Todos sus valores están dentro de los rangos normales.
Gracias a la cocina funcional, volvió el equilibrio.
Y volvió la paz a su hogar.